En el turismo de aventura, lo que realmente cautiva no es solo la actividad en sí, sino la emoción que despierta. Un salto en tirolesa, un descenso en rafting o una caminata por senderos imponentes se recuerdan por la adrenalina, la conexión con la naturaleza y la sensación de logro.
Con los recorridos virtuales 360°, esa emoción puede transmitirse antes de que el viajero siquiera compre su pasaje.
Mostrar para inspirar
Un video 360° no es una foto bonita: es la posibilidad de “vivir” la aventura antes de reservar. El turista siente la velocidad, percibe el entorno y visualiza su propia experiencia. Esto acorta la distancia entre la curiosidad y la decisión de compra.
Un imán para nuevos públicos
No todos se animan a una actividad de aventura sin saber qué esperar. Mostrar el recorrido, la seguridad y el entorno a través de un tour inmersivo genera confianza y abre la puerta a quienes dudan en dar el primer paso.
Del interés a la acción
Integrar enlaces de reserva directa dentro del recorrido permite que, en el momento exacto en que el turista se emociona, pueda confirmar su lugar. Es marketing que vende en el instante en que el corazón late más fuerte.
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